La mayoría de las personas, incluidas las personas transexuales, se identifican como “hombre” o “mujer”. Pero hay quien no encaja en ninguna de estas dos categorías: son las personas de género no binario.
Algunas de estas personas pueden sentirse en algunos aspectos hombre y en otras mujer. Otras, se saben pertenecientes a un género distinto que no es ninguno de esos dos. También hay quien no se siente identificado con ningún género, o cuya identidad de género fluctúa en el tiempo.
Las personas de género no binario no son nada nuevo: las identidades no binarias han sido reconocidas en diferentes culturas a lo largo de la historia. Pero hasta hace relativamente poco no han comenzado a visibilizarse de una manera más clara y contundente en nuestra sociedad.
Su mayor presencia en diferentes ámbitos y principalmente en los medios de comunicación, ha provocado en paralelo cierta confusión en algunos sectores de la población, incluido en ocasiones el colectivo LGTB.
En realidad, no es necesario entender lo que significa ser persona de género no binario para respetarlo. Todas las identidades, incluidas las más desconocidas, merecen la misma consideración: el derecho a existir y a ser tal cual son.
Esto implica actitudes tan sencillas como preguntar el nombre con el que quiere ser reconocide, los pronombres que le hacen sentir más cómode, respetar la forma de vivir y vestir de cada une, hablar con personas no binarias para aprender más sobre quiénes son y escuchar la historia que tengan que contar.
Renunciar a las categorías absolutas en cuanto al género puede hacerse difícil para muchas personas. Pero tener una mirada de respeto y aceptación de quién es le otre, es algo al alcance de muchos más.
Evelyn, si estás leyendo esto es porque tuve un poquito de valor y te lo envié. Puede que sea la misma noche que lo escribo o en varios días. O puede que lo borre.
Tengo miedo. No es incertidumbre, precisamente. Sabes que siempre me espero lo peor y me estoy poniendo en ese contexto.
No creo que no puedas endenderlo, sería subestimarte mucho. Creo que puedes pensar que quien se confunde soy yo, o que es una de las fases de esta edad, o que es todo una estupidez y solo se trata de hombres femeninos y mujeres masculinas.
No puedo estar de acuerdo contigo en eso. No puedo negar algo que, más allá de sentir, soy.
No puedo simplemente ignorar que yo también tuve esas ideas y pasé por un proceso muy largo (mídelo respecto a mi edad, por favor) en el que no podía sentirme bien en mi propia piel.
Sería demasiado decir que «encontré lo que soy», porque conozco el tema del género no binario desde que estaba ahogándome en negación. Lo conocía y me resistía a usar esa etiqueta. Me intenté convencer cada día de que era una mujer que se salía de los estereotipos (sabemos que mientras más crecí, más destacó mi «masculinidad»). También traté de convencerme de que, en otro caso, era un hombre transgénero. Pero no quiero ser un hombre; no lo soy. Tampoco quiero vivir como una mujer; no lo soy.
Mi propia negación hizo que me forzara a tratar de mostrar más feminidad, o que tratara de incorporar la masculinidad a «mi» situación de mujer (hay mujeres muy masculinas, sí, pero no es mi caso). Fue agotador intentar autoengañarme tanto, tanto tiempo.
Y por eso, hasta cierto punto, puedo decir que no me importa si no lo entiendes. Incluso, puedo vivir con que no lo aceptes.
Yo sé la verdad. Sé lo que soy. Tengo el derecho de vivir mi verdad, no una falsa imagen que he estado sosteniendo para contentar al resto, para mantenerme en una sona de confort que me estaba, y está, ahogando.
No soy mujer, no me disculpo por eso. Nadie elige cómo acaba «absorviendo » el género; usando faldas y rouge sigo siendo la misma persona, que no es una mujer. Usando traje y corbata sigo siendo la misma persona, que no es un hombre.
Esto me parece muy importante; la forma en la que se expresa alguien no tiene por qué coincidir con lo que es. Trato de verme neutral porque es mi forma de «mostrar» lo que está dentro, lo que soy.
Llámalo género, esencia, alma incluso.
Los nativoamericanos creían que las personas del «tercer espíritu» eran más cercanas a los dioses porque tenían alma de hombre y mujer; de hecho, eran personas que hoy en día podríamos llamar no binarias. Y no tenía que ver con su biología, no eran hermafroditas, ni tenía que ver con si preferían cazar o tejer. Simplemente sabían que no eran hombres ni mujeres. Muchas culturas tenían más de una categoría de género, como los judíos clásicos, que tenían seis géneros para identificar a las personas, incluyendo lo que hoy por hoy entendemos como hombre y mujer.
Creo que es suficiente Historia.
Ahora, mi historia.
Como te dije, lo negué mucho tiempo. Pero no es algo que pueda ocultarse para siempre, al menos no para la propia persona. No se puede tapar el sol con un dedo, ni contener lo que vive bajo la piel de cada humano.
Me oreguntaste si algo me tenía mal: Era esconderle algo tan básico como «¿qué soy?» a una de las personas más importantes que tengo. Una mala respuesta es mejor que un secreto, eso lo probé saliendo de «mi primer clóset».
Soy una persona no binaria. Soy feliz sabiendo lo que soy.
Si llegas hasta aquí y no te sientes preparada para hablarlo, está bien. Sigamos como que nada pasó hasta que tú hagas tu propio proceso.
Si lo entiendes, lo aceptas y me apoyas, dímelo, ven a darme un abrazo. Tengo nombres que hacen sentido con lo que soy, puedo hablarte de cómo prefiero que de refieran a mí (y no, no es «elle», terminar las palabras con «e» me suena raro; aún así, entiendo que esos pronombres son los que no me hacen sentir mal y me representan, a falta de otra cosa. Es como tener un hijo feo al que tienes que querer igual)
Puedo hablarte de como me sigo identificando con el feminismo porque, me guste o no, hoy en día solo puedes ser hombre y mujer, oprimes y te oprimen. Y me oprimen, así que mi lucha está con las mujeres.
Puedo hablarte de cómo elegí nombres unisex que no fueran gringos y que sonaran «a mí». Y que decidí mantener tres, porque es algo que me parece especial entre mis hermanos y yo.
O podemos no hablar de esto, como ya dije. Puedes hacer como que no leíste nada. No te voy a obligar a entenderlo ahora cuando yo me demoré años en entenderlo.
Eso es todo.
Atte: parte de la prole de tu hermano, o tu «sobrinx», Gabs. No sé como se diría, realmente.